CINCO AÑOS DEPUES.

Otra noche que muere sobre esta ciudad. El asfalto es más gris que cuando te fuiste. Hasta la luna parece muerta esta noche y las estrellas de luto están. La oscuridad llena cada recoveco, llevando su frio y silencio allí donde cae.

De pronto empieza a llover. La lluvia cae, golpeando el cristal de la ventana en un tintineo incesante. Doy mil y una vueltas en la cama. El reloj electrónico señala la media noche , gracias a la pequeña luz que desprende veo tu cara en la mesita de noche mirándome. Una docena de gratos fotogramas invaden mi cabeza. Intento acortar la distancia que nos separan, tener un cuerpo a cuerpo, en esta soledad incesante.

De repente la calidez de tu aliento me acompaña, y vuelvo a oír la lluvia como música de fondo…me fundo, en un lenguaje que solo entienden las sabanas. Cierro los ojos de par en par y dejo salir un pequeño quejido, donde se que cabe un beso de nunca acabar… Así desgarro mis fuerzas al recordarte. Ahueco la almohada con mi rostro, y quiero creer que la lluvia ha entrado mojándola. Intento disfrazarme de valiente para no llorar, pero no puedo, la verdad es que no lo soy. Tantas noches solo, tantas noches queriéndote ver, tantos sueños tuve contigo y ahora esos sueños son de papel…

Y me pregunto una y otra vez, hasta que me vence el sueño ¿Cómo hicimos esta casa?, ¿Qué es lo que hay en esta habitación? Que por más que el tiempo pasa sigue oliendo a corazón.