Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía,
y no volver el rostro para verte pasar.
Puedo apretar mis labios un día y otro día...
y no puedo olvidar.
Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,
casi aburridamente, sobre un tema vulgar,
puedo decir tu nombre con voz indiferente...
y no puedo olvidar.
Puedo estar a tu lado como si no estuviera,
y encontrarte cien veces, asi como al azar...
puedo verte con otro, sin suspirar siquiera,
y no puedo olvidar.
Ya vez: Tu no sospechas este secreto amargo,
mas amargo y profundo que el secreto del mar...
porque puedo dejarte de amar, y sin embargo...
no te puedo olvidar!
José Angel Buesa
jueves, 21 de octubre de 2010
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Focaliza la fuerza de tus recuerdos malos hacia algo que merezca más la pena, la basura, al contenedor. Y la fuerza de los recuerdos buenos, tómatela como un puñado de regalos que te merecías, de sobra.
ResponderEliminarTe quiero