lunes, 6 de julio de 2009

Coraline


Coraline no es realmente un libro para el público infantil. Tampoco puede decirse que posea grandes significados ocultos, tanto así que un niño o un adolescente no lo entiendan. Coraline es un libro muy inglés, en cuanto a referencias, personajes y atmósfera. Y funciona, en cierta forma, como reverso tenebroso de Alicia en el País de las Maravillas. Coraline es una niña que pasa encerrada en su nueva casa los últimos días del verano a causa de la lluvia.
A mi ver tiene una referencia de mitología, a la Caja de Pandora (la puerta que abre trae muchos males), al cuento “La casa de caramelo”, mejor conocida como Hansel y Gretel que los hermanos Grimm esterilizaron. EWl autor no se atreve a poner en manifiesto los pensamientos de la protagonista.
Por lo tanto, opta por narrar el libro en una tercera persona afectuosa pero no demasiado intrusiva con la psicología de su protagonista. De esta forma, ocurre que Gaiman describe las acciones y los sentimientos de Coraline, pero no se atreve nunca a ponerle enunciado a sus pensamientos. Hay una sabia distancia entre el narrador y lo narrado, entre el adulto que escribe y los niños que leen. El anagrama Coraline con Caroline es un indicativo claro que su realidad esta modificada.
Que tiemble J.K. Rowling. Neil Gaiman ha llegado a reclamar lo que era suyo. (No es casual, a ese respecto, que la editora en castellano de Coraline sea Salamandra, la misma que la de Harry Potter.)