Siento que vuelven como búmeran a mí, Fran, Alejandro, María, Marisa, Fabián, Marian… En los últimos meses estos pedazos vuelven a mí, algunos cruzando océanos enteros que antes nos separaban, otros solo tiempo y un corto espacio en esta mota de tierra.
Hay quienes piensan que solo son nombres, pero en verdad son trozos de mi pasado, pasado que pensé guardado en un baúl y oculto en algún rinconcito de mi cerebro, el cerrojo se ha ido rompiendo, cascándose como la cascara de un huevo, mientras yo, yo estoy quieto, quieto como una taza.
Se ha abierto dejando en libertad a cada uno de ellos. Como si se hubiera abierto la caja de pandora me someto a cada uno de los males y bienes que ellos conllevan y es cuando me planteo ¿quién fui?, ¿quién soy? Y me sumerjo en un mar de idas y vueltas del pasado al presente y del presente al pasado, llegando a la conclusión de lo que soy en parte se lo debo a todos los que han pasado por mi vida. Como un rio, no soy más que lo que los afluentes me traen y lo que ellos me dejan. Este rio sigue siendo el mismo, aunque su agua sea otra, ellos parecen los mismo, o en su fachada lo simulan, algunos están bien y otros no tanto, me cuentan cosas, chismes, batallas ganadas, me cuentan sueños futuros, sueños rotos, amores que se han quedado atrás, en tierras lejanas de ensueños y belleza tropical, y yo, ¿como estoy yo?, cansado, solo cansado.
Me acuesto y en el techo blanco como si en una pantalla de cine se tratase proyecto otra vez mi vida, veo esperanza, veo vida, veo luz y niebla y muy a lo lejos veo oscuridad, a esa oscuridad en la que todos llegaremos algún día.
martes, 9 de junio de 2009
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De esto hablamos en privado, pero que parece más currado, lo parece hermanito...
ResponderEliminarUna cosa que me ha gustado siempre de tus textos es la fluidez que tienen. Es facil dejarse llevar por tus palabras.
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