lunes, 3 de agosto de 2009

Una tarde conmigo mismo.

Esta tarde de Agosto es más fresca que ayer, el viento sopla desde el mar contra la playa del Castillo en el Puerto la Cruz. Veo un banco acaparado de zapatos y cholas, acomodados los unos al lado de los otros. A los guiris rojos como gambas dándose bronceador. A niños riendo, a un vendedor de helados con su traje blanco.
El sol en lo alto marca su territorio bañándolo todo con su gran luz y un viejo en la soledad de una roca sueña. Sueña con su niñez selvática en un álbum de blancos y negros. Rememora la sabiduría del principito y añora las flores azules y las grandes mariposas de aquellas primaveras. A los seres de las comiquitas que marcaron su vida. Las guerras de mamones y pepas de ciruelas. Las obras de teatro infantil del colegio de curas. A las personas perdidas, las que se quedaron, las que volvieron y las que han estado siempre y alguna que creía olvidada.
El viento sigue en su incesante soplar, oxigenándole las ideas y sus pensamientos al igual que la tierra empiezan a girar, en una espiral que lo llevan al descubrimiento. Al descubrimiento particular que la vida no es tan breve, al descubrimiento a perder el miedo a envejecer. Y a la conclusión que los sueños son una vía de encuentro consigo mismo y a la conclusión de que no quiere perderlos. Ve unos pájaros volar y a ellos encomienda sus pensamientos para que al igual que ellos sus pensamientos vuelen en libertad.

4 comentarios:

  1. y todo porque como dijo alguien muy listo; "la felicidad no es una meta, sino un camino"

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  2. Tú si eres un viejito... Guapete y simpático, eso sí...
    Hay frases muy bonitas en este escrito, pero ya te lo comenté una vez, en los blogs personal no hablo de literatura.

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  3. O sea, no hablo de literatura como en La Casa de las Mil Ventanas... que tiro fuera todo lo que se me cruce por la cabecita...

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  4. Pero qué tonterías digo, una opinión es una opinión (y me refiero a las dos mías anteriores...) Me encanta que cuentes cosas de ti, de cómo te sientes y de qué piensas... Y me gusta mucho lo que cuentas aquí.

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